De replicar patrones a diseñar mis propias prendas: la libertad de crear sin tutorial
Hubo un momento en mi camino como tejedora en el que me di cuenta de algo crucial: no quería pasar mi vida replicando patrones y diseños de otras tejedoras. Quería tejer con libertad, explorar mi propio estilo y construir prendas que nacieran desde mi creatividad.
Ese cambio de mentalidad no fue inmediato. Fue un proceso que hoy puedo resumir en cinco aspectos clave que me ayudaron a dar el salto.
1. Dejé de acumular patrones y tutoriales que no me representaban:
Durante mucho tiempo guardé cientos de patrones gratuitos, tutoriales y guías de tejido de otras tejedoras. Eran proyectos muy distintos entre sí, con técnicas diversas dentro del crochet y, en su mayoría, que no me representaban. Solo ocupaban espacio y generaban una sensación de “tengo que tejer esto algún día”, cuando, en realidad, internamente sabía que nunca lo iba a hacer.
Cuando solté esa acumulación de patrones, sentí un alivio enorme. Era hora de dejar de seguir caminos de otros y empezar a construir el mío.
2. Conecté con mi propio estilo:
Desprenderme de esa colección infinita de tutoriales me obligó a mirar hacia adentro. ¿Qué tipo de prendas me gustan? ¿Cómo me las imagino? ¿Qué me representa realmente? ¿Qué colores me hacen vibrar?
Ese proceso de autodescubrimiento fue clave. En lugar de saltar de una técnica a otra sin rumbo, comencé a definir mi identidad como tejedora.
3. Tiré de la hilacha y descubrí el potencial de una misma trama:
Me enamoré de la prenda que yo llamo “la célula básica de mi emprendimiento”: el cuellito.
A partir de esa estructura sencilla, fui explorando nuevas posibilidades y complejizando los diseños de manera paulatina. Siempre bajo la misma lógica, con un doble propósito que se retroalimenta: expandir y perfeccionar la técnica.
Me di cuenta de que no necesitaba conocer todas las técnicas del crochet, sino profundizar en una y llevarla al máximo de su potencial.
4. Dibujo y juego con papel antes de tejer
Una de las decisiones que más me ayudó a evitar el error y el destejer fue incorporar el dibujo a mi proceso creativo.
Ahora, cuando se me ocurre una idea, la plasmo en papel. Analizo su estructura, veo si tiene sentido y, antes de tejer la prenda real, hago una versión mini para probar la construcción. Este paso me ahorra mucho tiempo y me permite ajustar detalles sin tener que destejer horas de trabajo.
5. Juego a transformar un mismo diseño
Uno de los descubrimientos más fascinantes fue entender que no tenía que partir de cero en cada prenda. Un diseño puede mutar, evolucionar y convertirse en algo completamente nuevo con pequeños cambios en la construcción, la textura o la forma.
Así nació mi forma de diseñar: a partir de una base sólida, exploro variaciones y transformaciones, creando piezas únicas sin perder la coherencia de mi estilo.
Hoy, mi relación con el crochet es completamente distinta a cuando solo seguía patrones. Siento que cada prenda es un desafío creativo, una oportunidad de explorar nuevas formas.